La morfología del tomate raf es especial y muy característica. Tiene forma irregular y profundos surcos que terminan en el centro. Estos surcos distinguen el auténtico tomate raf de sus imitadores. La forma del tomate es ovalada y achatada por los extremos. El color es verde intenso con pinceladas casi negras en su parte superior.
En el interior, la pulpa es rosácea, de textura compacta, muy firme y jugosa. Es un fruto carnoso y con semillas pequeñas. Su sabor es incomparablemente dulce y tiene un gran aroma. El punto de maduración llega cuando comienza a adquirir un tono rojizo, el momento ideal para consumirlo en crudo o con apenas un poco de sal y aceite de oliva virgen extra.